
10/05/2024 / Sara Mum
La mentira después de la muerte
Es triste leer sobre la historia de una persona que dedica su vida entera a luchar por los demás y muere con una profunda tristeza, abatido por aquellos por los que luchaba.
Tremenda reflexión se puede hacer aquí sobre si merece la pena un corazón entristecido de por vida, a cambio de una nación enloquecida. Tras haber leído la biografía de Gandhi, por una de las tantas editoriales que han publicado sobre él, lo que me toca por dentro me remueve hasta tal punto de cambiar un poquito mi forma de ver el mundo.
Es increíble la extraordinaria lucha que lleva a cabo y la confianza que esta persona depositaba en la humanidad, cuando al final, ni apostando su vida, ha perdurado la verdad. Esa verdad por la que él luchaba, con la que conseguía grandes acuerdos y beneficios para su país, a cambio de su salud, su libertad, para que tras su muerte, se hayan olvidado gran parte de los valores que en vida, su nación, aclamaba junto a él.
Con esto quiero decir que no siempre la bondad vence, no siempre la verdad gana. Lo que sí ha quedado como prueba fehaciente y mera sabiduría, es que cuando un propósito está elevado al más alto nivel de tu consciencia, da igual lo difícil que sea, el «precio» que haya que pagar por él, las personas que permanecerán a tu lado o la verdad después de tu muerte, al final habrás vivido una vida con sentido, con propósito, con éxito, habrás conseguido lo más valioso en el mundo: tu paz interna hacia el camino correcto.
Está claro que en el gran camino recorrido por Ghandi, su don sirvió como ayuda para la libertad de la India e incluso fue un claro ejemplo de lucha hacia el camino para la tolerancia entre razas que empapó al resto del mundo pero, te deja un sabor amargo ver cómo tanta luz y tanto amor son repartidos y devueltos con sangre y destrucción.